Miles de vehículos cargan hasta cuatro veces carburantes en varias estaciones de servicio. No hay controles de la ANH ni de los militares. Esto ocurre principalmente en las fronteras del país, especialmente en los surtidores de la zona fronteriza con Brasil, donde se ha detectado que varios motorizados han implementado hasta doble tanque para comercializar gasolina o diésel a precios más altos.
El hecho afecta principalmente al transporte pesado que ha dejado de abastecerse de diésel durante tres días e incluso una semana. Una investigación del diario financiero News Time constató tal situación en algunas estaciones de servicio a lo largo de la Chiquitania.
Es que le negocio es ideal. La gente compra a Bs 4 el litro y lo revende a Bs 7 y 10. Supuestamente hay un negocio negro entre los mismas estaciones, la gente que adquiere el combustible y revendedores.
El director de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Germán Jiménez, defendió este domingo el servicio B-Sisa y destacó que en tres meses ayudó a identificar unos 32.000 vehículos que realizaban carguíos irregulares de combustibles.
Jiménez respondió así a las observaciones que hizo hace unas semanas el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, al B-Sisa, al que consideró como “un saludo a la bandera”.
De acuerdo con la entidad reguladora, el B-Sisa es una etiqueta que se coloca en vehículos y se diseñó para controlar la comercialización de carburantes subvencionados y ayudar a frenar el contrabando de combustibles.
“El B-Sisa es un sistema aprobado en 2012 por una ley, ayudó a identificar más de 32.000 vehículos y ahora estamos implementando también pistolas para controlar la repetitividad (en la carga de combustibles)”, dijo Jiménez en Bolivia Tv.
Resaltó que, a través del B-Sisa, solo en diciembre del año pasado, en estaciones de servicio de Cochabamba se detectaron más de 2.000 vehículos que realizaban carguío repetitivo. Aseguró, además, que el sistema entrega 1,5 millones de datos diariamente.
Etiqueta B-Sisa
Según Jiménez, de los 32.000 vehículos observados, 4.000 ya están bloqueados por cargas irregulares de combustibles y otros están en investigación.
Sin embargo, lamentó que exista gente que se da modos para evadir los controles, cambiando placas o burlando el sistema de comercialización.
Además de los vehículos observados, remarcó que hay cinco estaciones de servicio precintadas, cuatro en Cochabamba y una en Santa Cruz, justamente por manipular el sistema para realizar cargas repetidas.
Jiménez recordó que, además del B-Sisa, también está el control militar desde la salida de los camiones cisternas de las plantas de almacenaje hasta las estaciones de servicio.
Respecto al volumen de combustible que se está comercializando actualmente, dijo que es según disponibilidad de volumen que tiene YPFB; sin embargo, garantizó que se está cumpliendo con los cupos.
“El diésel es un producto critico porque es casi el 90% de la comercialización se importa y Arica es un punto importante. Tengo entendido que las descargas están con normalidad, de allí entran 130 cisternas al diario, casi 4 millones de litros”, indicó.
Sin embargo, en el país hace semanas que no cesan las largas filas en las estaciones de servicio, particularmente para comprar diésel. El Gobierno reconoció que no cuenta con dólares suficientes para subir el volumen de importación.